Escúchame, por favor. Para eso, tú tienes que callar, poner toda la atención en aquello que yo te transmito, dejar tu ego y tus juicios aparcados por un momento.

Mi expresión no es un ataque, no te armes de miedo, no hay peligro en lo que expreso. Hay sentir, un sentir que no es ni más ni menos que tú, simplemente soy YO y por eso precisamente, me quiero expresar. Escúchame, por favor.


Hoy día Internacional de la Escucha te propongo que escuches. Escucha con todos tus sentidos, no solo con el oído. Escucha qué es aquello que se te comunica, qué está diciendo tu cuerpo, qué están gritando las cuerdas vocales…escucha sin estar buscando la respuesta a una pregunta que aún no se ha formulado.

Escucha como si fuera un nuevo idioma que nunca has escuchado. Solo así podrás entender aquello que estoy transmitiendo, aquello que da credibilidad a mis actos, aquello que para mí es tan importante, lo que digo desde el corazón, desde el amor a la vida, aquella vida que me ocupa desde hace ya unos cuantos años. 

El aire escucha las plegarias impresas en las ruedas mani, y las transmite a la vida. Escucha tú, como si fueras aire, dejando que lo que escuches haga huella en ti, sin sentencia previa, sin miedo y con amor.

 

Si me estás escuchando, es que ya tenemos una cosa en común,… estamos vivos. Hasta que eso no cambie, hay posibilidad de expresar y escuchar. Entonces, por una sola vez, quiero que me escuches, necesito dar espacio a todas estas emociones, que ocupan tanto de mi cuerpo y están gritando para ser escuchadas.


Escucho mi rabia, mi impotencia, mi incredulidad y no me gusta aquello que escucho. Por eso clamo, grito fuerte, quiero expresar esas emociones que quiero que escuches. Quiero que no les robes el espacio que se merecen, quiero que las respetes como yo respeto las tuyas.

Tengo la capacidad de sentir emociones, y si no tengo palabras para expresarlas, …para qué siento? Si no escucho aquello que mi cuerpo expresa, …para qué vivo? Si no soy fiel a aquello que mis entrañas me dictan, …para qué? … para qué? 
Pues, con la esperanza de que algún día me escuches, algún día te des cuenta de que tus mentiras son tuyas, de que yo no he parado de ser, de sentir y de crecer.

Tengo derecho a querer, a desear y además a que me escuches … es la vida la que me ha dado este instrumento de expresión – MI CUERPO, MI VOZ.


Yo, te escucho.

Caroline Copestake